Si algo caracteriza al flamenco y, sobre todo, al baile de la mujer, es el movimiento de brazos. Requiere técnica, mucha práctica y arte. Los brazos deben mantenerse altos, sobre la cabeza, y redondeados, que no se noten los codos. Al principio te cansarás y quizás tengas agujetas, pero con el tiempo lograrás mantenerlos arriba y controlarlos sin flojear en ningún momento.Al mismo tiempo que se mueven los brazos hay que girar las manos hacia dentro y hacia fuera. Este movimiento deberá ir con la música y evitar que las manos parezcan dos molinillos descontrolados. No es fácil, pero una vez conseguido, nuestros brazos habrán ganado carácter, personalidad y arte.Una vez dominado el movimiento de brazos habrá que coordinarlo con los pies. Al principio cuesta un poco, pero después sale solo.
jueves, 22 de noviembre de 2007
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